Ayer martes se celebró el pleno de la Junta de Personal de Granada, en la que CSI·CSIF presentó, entre otros muchos puntos, el que ya vimos sobre el profesorado de informática (releer antes de continuar). Los sindicatos presentes, cada uno con su porcentaje de representación correspondiente, fueron ANPE, APIA, CCOO, CGT, CSI·CSIF, SADI, UGT y USTEA. Si en el resto de los puntos presentados por CSI·CSIF hubo unanimidad, en el del profesorado de informática hubo una agria discusión y un rechazo de los principales sindicatos, que no admitieron siquiera la posibilidad de redactar el escrito de una forma más descafeinada.
- Votos a favor: CSI·CSIF y APIA.
- Votos en contra: CCOO, UGT y ANPE.
- Abstenciones: USTEA, SADI y CGT.
Los dos principales argumentos empleados por estos sindicatos son los de siempre:
- Solucionar nuestra situación implica hacerlo en perjuicio de otros. Pero no se plantean (no quieren) que dejar las cosas como están ahora va en contra de los profesores de Informática.
- Para las tareas que nosotros reivindicamos no es necesario ser de la especialidad de Informática. Claro, en los planes de bilingüismo y de deporte en la escuela sí es normal que se exija una titulación, pero en los centros TIC eso sería ¡corporativismo! Excusa graciosísima cuando, momentos antes, por unanimidad, se había aprobado un punto sobre las ATAL (Aulas Temporales de Adaptación Lingüística), que implicaba a un colectivo más concreto aún.
El delirio fue la posición de ANPE, que criticó el escrito en su conjunto, mientras mantiene en su web un documento exigiendo el departamento de Informática. Lo cual demuestra que el tema de los profesores de Informática escuece, y mucho, al resto de especialidades. ¡Nos tendrán que explicar por qué! Lo único que parecieron aprobar todos los sindicatos fue la petición de que salgan vacantes de nuestra especialidad. Pero es que, utilizando los anteriores argumentos, podríamos decir:
- No es necesario mejorar la situación de nadie, porque las cosas se han estado haciendo hasta ahora de la forma en la que se están haciendo, y no merece la pena cambiarlas, porque siempre saldrá alguien perjudicado. Por ejemplo, no sé por qué se ha favorecido a los profesores de Francés, si eso iba en detrimento de otras especialidades (la nuestra, curiosamente, entre ellas). O para qué queremos meter Educación para la Ciudadanía, si eso le quita horas a todas las especialidades menos a la encargada de impartirla (¡gran injusticia!). ¿Defender a esas especialidades es corporativismo?
- Las especialidades del cuerpo de profesores de educación secundaria deberían reunificarse en una sola, pues tampoco hace falta ser un especialista en Educación Física para poner a los niños a jugar al fútbol; o especialista en Química para explicar que ácido más base es sal más agua; o especialista en Geografía para explicar que el Guadalquivir nace en la Sierra de Cazorla y desemboca en Sanlúcar de Barrameda. A mí que me dejen concursar por la especialidad por la que YO me vea preparado. Y si YO me creo preparado para dar inglés, que me dejen ser coordinador de un centro bilingüe y pedir destino por esa especialidad.
Menuda basura de argumentos, demasiado trillados, y que se caen por su propio peso en cuanto haces una mínima comparación con el tratamiento que recibe el profesorado del resto de las especialidades. ¿Qué ocurre? ¿La Informática es una asignatura muy golosa para gente que se ha visto beneficiada por la manga ancha que ofrece la regulación actual? ¿La coordinación TIC les permite una reducción horaria de varias horas que utilizan para llamar al super-CGA cuando no hay conexión a Internet? ¿Les viene bien un montón de profesores sin departamento (por tanto sin presencia en los ETCP), mayormente provisionales, porque así siempre son el último mono en los centros, y se les puede encasquetar lo que nadie quiere sin que se puedan quejar? ¿Y no son esos informáticos unos malos compañeros cuando se niegan a usar sus horas libres para solucionarle los problemas técnicos al resto del claustro? Señores. Ya sabemos el apoyo que tenemos de los sindicatos. Desde aquí nuestro agradecimiento a APIA por apoyar las reivindicaciones, y especialmente a CSI·CSIF por presentarlas y defenderlas, aún a sabiendas de que iba a recibir más que una estera (aunque no se imaginaban que este tema levantara tantas y tan irracionales pasiones en los demás sindicatos).