Después de analizar lo sucedido en el congreso acerca del nuevo reglamento de organización de los centros andaluces, celebrado en Málaga los días 13 y 14 de noviembre pasados, la AAPRI, como asociación del profesorado de informática, expone:

  1. El borrador a debate presentado y hecho público en la web de la consejería es una copia más o menos fiel del borrador "fantasma" que circuló el pasado curso y que la misma Consejería de Educación se negaba a reconocer como propio. Aproximadamente en esas mismas fechas del curso pasado (mayo/junio de 2009) la Consejería pidió a los distintos agentes de la comunidad educativa que hicieran aportaciones para la creación de un borrador oficial de Reglamento de Organización de los Centros en Andalucía. Para este menester muchas asociaciones de profesores, padres, sindicatos e incluso profesorado en general prepararon y mandaron documentos "guiados" por una plantilla preestablecida por parte de la Consejería en la que ya se sugerían las principales líneas de cambio que se incluiríran en el nuevo borrador (ver documento presentado por la AAPRI). Muchos de estos documentos son públicos y, en la mayoría de los casos, se expresaban opiniones bien argumentadas y justificadas que no se han tenido en cuenta para la redacción del pre-borrador que se ha debatido en el congreso de los días 13 y 14. Esta falta de transparencia (pues nunca fueron publicadas las aportaciones ni se supo qué criterios se siguieron para redactar el pre-borrador) nos predispone a recelar de la actitud "dialogante y negociadora" de nuestra Consejería. Más bien, nos empuja a pensar que en realidad todo ese proceso anterior al congreso fue una maniobra calculada y malintencionada que buscaba que la comunidad educativa aceptara este documento pre-borrador como fruto del consenso y las aportaciones de todos los agentes educativos.
  2. Este congreso ha venido a certificar que la sensación de engaño producida tras leer el pre-borrador propuesto para su debate los días 13 y 14 de noviembre estaba totalmente justificada. Según la convocatoria del congreso publicada en la página web de la consejería, cualquier agente de la comunidad educativa podía apuntarse al mismo, participando en un posterior sorteo debido al limitado aforo. Se sobreentiende, pues, que muchos compañeros y compañeras, profesores y profesoras, se apuntaron. Sin embargo, la realidad es que de los asistentes al congreso el profesorado fue una minoría. Esto no ocurrió por no haber profesorado que hubiera solicitado su participación, pues muchos profesores y profesoras (por ejemplo, de esta asociación, de manera particular), solicitaron participar en el evento, y no fueron seleccionados posteriormente (y sabemos con certeza que esto ha ocurrido). Como pudo comprobarse, al congreso asistió una mayoría de personal no docente (inspectores, personal de las Delegaciones, asesores de distintos CEPs, asociaciones de padres, sindicalistas liberados y prensa, entre otros). Por lo tanto, ¿cómo podemos aceptar que el documento que salga como borrador a partir del debatido en el congreso sea un borrador en el que el profesorado ha tenido un papel principal? Todo indica, y el tiempo lo desmentirá si no es así, que el nuevo borrador de diciembre no tendrá apenas cambios con respecto a éste, y por lo tanto otra vez se utilizará torticera y demagógicamente al profesorado para dar legitimidad a un texto que va en contra (en buena parte de su texto) a lo expresado masivamente por el profesorado, tanto previamente al congreso como posteriormente durante el desarrollo del mismo.
  3. Durante el congreso se realizaron varias conferencias y una tanda de sesiones de trabajo acerca de temas como los departamentos de coordinación didáctica, las tutorías, la autonomía de los centros, el papel de la directiva, etc. Como resumen de lo trabajado en las mesas, hemos de decir que la mayoría de las opiniones vertidas por parte del profesorado asistente, y así se refleja en las conclusiones de las mesas leídas en la clausura del congreso, iban en contra de la creación de departamentos "politizados" que vendrían a complicar la situación burocrática de los centros (los dos departamentos de calidad y de formación más los tres o siete departamentos "indefinidos" que el director o directora podrá crear según su libre decisión). Con respecto a los departamentos de coordinación didácticos, la mayoría de las intervenciones iban en contra de la agrupación en macrodepartamentos, exigiéndose además la creación de los departamentos de informática y economía, reivindicación histórica de nuestra asociación y de la totalidad de las organizaciones sindicales. Pudimos ver cómo, significativamente, a todas las argumentaciones dadas por parte del profesorado, siempre seguían opiniones a favor del texto tal y como estaba redactado, aunque siempre (y esto es un hecho perfectamente contrastable por los asistentes) como opiniones apoyadas minoritariamente por parte del profesorado. Como detalle anecdótico, en una de las mesas de trabajo acerca de los departamentos un asistente solicitó que levantaran la mano aquellos asistentes presentes que estuvieran ejerciendo la docencia, y de un aforo de setenta y cinco personas sólo doce personas la levantaron. Éste es un hecho que se describe por sí mismo. El papel del equipo directivo y, en concreto, la figura del director o directora también fue motivo de amplia controversia. Las conclusiones de las mesas y del congreso con respecto a este tema fueron claras: al profesorado no le parece bien el poder que asume sólo una persona (director/a) en los centros, pues podría derivar en centros autárquicos y autoritarios, ya que las garantías y el control del ejercicio de esa responsabilidad (la de director/a) no queda clara en el texto, dando pie a varias interpretaciones. Desde la AAPRI pensamos que los centros educativos deben de ser ejemplos a seguir para la sociedad, en concreto en lo que se refiere a la participación democrática en la toma de decisiones, y estamos en contra del rumbo tomado por nuestra administración: eliminar casi completamente al ETCP y al Claustro del panorama educativo en los centros y darle la dirección pedagógica y administrativa totalmente a la figura de la dirección del centro, asignándole incluso funciones propias de la inspección.
  4. Como conclusión, desde la AAPRI queremos transmitir al profesorado de Informática en particular, y a todo el profesorado en general, nuestro descontento con "las maneras" y con el resultado de todo este proceso de cambio de la legislación acerca del ROC. Reiteramos una  y otra vez que el profesorado de Informática y de Economía tiene que tener un papel fundamental dentro del sistema educativo, en igualdad de condiciones que el resto de profesorado perteneciente a otras especialidades, con sus departamentos de coordinación didáctica, que permitan una adecuada y profesional gestión de las aulas específicas, de las materias a impartir, y para estar en órganos de decisión imprescindibles como el ETCP. Por ello, también desde la AAPRI comunicamos al profesorado que es el momento de plantar cara a esta administración que nos ningunea y nos desprecia, ya no sólo al profesorado de informática y economía: a todo el profesorado. Es por esta razón que desde la AAPRI estamos dispuestos a apoyar a aquellas organizaciones sindicales que promuevan movilizaciones de cualquier tipo en contra de este sinsentido en el que actualmente nos vemos inmersos.

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