Desde la AAPRI venimos a denunciar la deplorable situación a la que se enfrenta el Profesorado de Informática y de Sistemas y Aplicaciones Informáticas en nuestros centros con docencia de formación profesional, que se hace día tras día cada vez más insostenible. Se trata del envejecimiento, agravado por la velocidad a la que evoluciona nuestro sector productivo informático, de la normativa que regula los distintos ciclos formativos de la familia de Informática y Comunicaciones. En concreto, a día de hoy tenemos:
- Ciclo Formativo de Grado Medio Sistemas Microinformáticos y Redes: Normativa estatal del 2008 y andaluza del 2009.
- Ciclo Formativo de Grado Superior de Administración de Sistemas Informáticos en Red: Normativa estatal de 2009 y andaluza del 2010.
- Ciclo Formativo de Grado Superior de Desarrollo de Aplicaciones Web: Normativa estatal actualizada en 2023 y andaluza del 2011 (desactualizada con respecto a la normativa estatal)
- Ciclo Formativo de Grado Superior de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma: Normativa estatal actualizada en 2023 y andaluza del 2011 (desactualizada con respecto a la normativa estatal)
Como se puede apreciar, este escenario hace que el profesorado, en pleno año 2025, tenga que planificar su día a día con la normativa en vigor usando resultados de aprendizaje, competencias profesionales, contenidos, etc. totalmente desafasados con respecto a los estándares profesionales actuales. ¿Para cuándo las administraciones educativas se pondrán a trabajar en serio para garantizarle al alumnado una base normativa coherente con las exigencias del mercado laboral? La dejadez con la que se aborda este problema dice mucho, tanto de la poca importancia que se le da a la formación profesional de la Informática en Sevilla, como en Madrid, actualmente en manos de gobiernos de «color» diferente. Nadie puede señalar al contrincante político como responsable porque ninguna de las dos administraciones hace su trabajo.
Y tenemos constancia que hay compañeros y compañeras trabajando muy duro, sin recibir nada a cambio, en las propuestas para actualizar la obsoleta normativa de nuestra familia profesional, para que después de su esfuerzo estas propuestas se queden cogiendo polvo y telarañas en algún «cajón» de la administración que sea (ahora sería más apropiado decir en al bandeja de entrada de una cuenta de correo oficial o en alguna nube de trabajo colaborativo).
Por lo tanto desde la AAPRI nos preguntamos ¿para cuándo las imprescindibles y necesarias actualizaciones de la normativa andaluza y estatal de nuestra familia profesional? La respuesta, tristemente, no tenemos esperanzas de que llegue pronto.